lunes

La Reina sin nombre. Entre la libertad y el destino


“Hija de reyes, madre de reyes, y un nombre olvidado en la Historia”.

Una niña huérfana es acogida por los albiones, un pueblo que en el siglo VI habitaba los montes del noroeste de España. Conocida por ellos como Jana, aprenderá los secretos de las artes curativas de la mano del druida Enol y participará activamente en los conflictos territoriales de su época. Su ímpetu la situará en el trono de Albión junto al rey Aster, su gran y único amor. No obstante, pronto descubrirá su ascendencia real y será reclamadas y raptada por su verdadero pueblo: los godos.


Increíble. Podría decir que me he quedado sin habla. La primera obra de María Gudín y, sin duda, mejor imposible. Quizás pondría en entredicho el final, porque creo que prefiero las novelas románticas de final feliz comiendo perdices; no obstante, hay que reconocer que quizás este final, este desarrollo inesperado de los acontecimientos, es lo que hace que acabes la novela deseando volver a leerla. Una novela llena de detalles cariñosos y nobles que roban nuestra sonrisa; pero también llena de realidad y dolor que hacen brillar nuestros ojos y fluir nuestras lágrimas. Un libro lleno de paisajes de ensueño, descripciones perfectas y con abundancia de pinceladas, que podrían ser superfluas, pero le otorgan a las 480 páginas la calidad que tienen. El mejor detalle: como Aster recoge con un dedo las lágrimas de Jana y se las lleva a los labios para besarlas. Me tomo la libertad de felicitar a María por su novela en la que recoge todo tipo de sentimientos, inspiraciones, anhelos y afectosGritos silenciosos del alma. Lágrimas del corazón. Sufrimiento interior. Sí, a veces el mayor de los sufrimientos se vive por dentro. Como nuestro querido Aster y nuestra querida Jana de los bosques que desearían arrancarse el corazón para dejar de sentir. No voy a contar ahora la historia de porque sufren tan inconmensurablemente nuestros protagonistas, primero porque no me gustaría delatar ningún hecho del libro y segundo porque si no me contuviese escribiría páginas y páginas sobre esta novela. Pero nuestros Héroes cantábricos sufren, sufren mucho; y María Gudín consigue transmitirnos tan vivamente esa sensación que la angustia invade cada miembro de nuestro cuerpo.-Es solo un libro- he tenido que repetirme muchas veces; pero no me es de consuelo porque como siempre digo ‘quien sabe si en algún lugar del mundo en un momento determinado pasa lo mismo que en esta historia’. Leer y pensar, leer y llorar ¿es posible que pueda un libro (un conjunto tan simple de hojas de papel) tocarnos de este modo? Si, quizás si, porque podemos comprender, porque podemos empatizar con algo ajeno a nosotros y porque podemos trascender a algo más lejos de lo puramente material. No quiero alargarme, y me dejo de sensiblerías, os animo a que leáis este libro y a que luego compartáis vuestras opiniones, y entonces sin las ataduras de no poder contar el final, podremos compartir eso que tanto nos preocupa ¿es posible que se pueda sufrir así?El otro tema del que me gustaría hablar lo expongo a continuación. Que duro nacer en un lugar y en el seno de una familia en el que tu destino ya está escrito. Libertad para elegir. Si. La elección entre tu propia felicidad o la felicidad de un grupo vinculado a ti. El deber es renunciar a aquello que te hará feliz (el amor platónico entre los protagonistas) para garantizar el bien de tu pueblo nación. Una herida. Dolor sangrante. Libertad para vivir desesperadamente o inmensamente feliz a costa de muchas vidas. Muchas vidas que cargarán tu conciencia y serán una carga en el camino, un obstáculo para ser feliz (las heridas del cuerpo y alma pueden cicatrizar, pero nunca se olvidan). Libertad para decidir la propia infelicidad en dos caminos distintos.Si, se podrá alardear de libertad (que no dudo que la tengamos); no obstante Aster y Luna la libertad ya la han perdido antes de nacer. La sangre real fluye por sus venas, aunque desearán cambiarla. Sin duda, nuestros dos protagonistas hacen una buena elección, se deben a su pueblo y ellos lo saben. Sin embargo, la persona humana se resiste a escoger el sufrimiento, y la decisión es difícil y muy dura.No se puede luchar contra un destino así y la libertad se demora en el destino

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